Cumpleaños (in Spanish)
Los hombres de la familia de mi madre mueren antes de los
cuarenta años. Se equivocan al encauzar su vida. Cuenta
atrás: frenan el cariño, los recuerdos, no es posible echar
de menos
a quienes no conoces. Altos, jóvenes, un golpe de viento los
convierte en cadáver. ¿Cómo lo impedirás?
Podrías velar la agonía de Joaquín Santiago, junto a sus
cuatro hijos pequeños. Rezar durante el fusilamiento
de Pedro Santiago, mientras sus huesos se funden con
la tierra, 1938, Badajoz, cuerpo y origen. Acariciar la
frente de Joaquín Santiago, pudriéndose en una cama
con la espalda seca, dormido,
sin cumplir veinte años.
Ella creció con un vestido negro atado a los tobillos,
disfrazada de sombra para que nadie la viera. De nacer
hombre, habría sido inútil decir, por ejemplo, éste es
mi hogar, aquí descansaré.
Hoy celebro que Fernando Navarro cumple cuarenta y cinco
años. Cuando le felicito, él toma aire y respira tan fuerte
como si quisiera romperse los pulmones, acercarse a
la norma; pero le tomo de la mano, sonreímos,
celebramos todos
sus recién estrenados cuarenta y cinco años.
Enterramos a su madre hace ocho días. Tengo diez años.
Entonces bautizábamos estanterías, ignorantes de lo
que nos esperaba.
Con los años pensé: él no pasará de los cuarenta. Yo leería en
su entierro un poema sobre el campo, el sol, aquello
que está arriba y es futuro. Y Ella encadenaría funerales
funeral tras funeral;
yo moriría a los treinta y Ella
continuaría allí, llorándonos.
Tengo diez años. Me gusta dibujar princesas guapas, montes
bíblicos, árboles genealógicos. Te gusta almacenar
memoria histórica. Y las cosas que te cuentan de pequeña
no las olvidas nunca. Pienso en lo que no compartiremos.
En la familia de mi madre los hombres no viven más de
cuarenta años. A las mujeres nos crecen las líneas de
la palma de las manos, por el brazo ascienden a
plagarnos el rostro, de un vistazo proclaman nuestra
edad, naturaleza abierta.
Recortarán nuestro corazón por la línea de puntos;
lloraremos, antes de tiempo, a quienes deberían
llorarnos a nosotras.
Y seremos huérfanas, viudas, preguntándonos cómo
nombrarnos cuando nuestros hijos mueren, cómo
llamarme ahora que estás muerta.
Elena Medel “Cumpleaños” fue publicado en Tara (Barcelona, DVD Ediciones, 2006).
Se puede leer y escuchar el poema traducido al inglés aquí.